Como era previsible, quienes pudimos aceptar la invitación, pasamos un espléndido fin de semana en la casa de Gustavo en Punta del
Este.
Los ingredientes del mágico resultado: la calidez del anfitrión, las
habilidades culinarias de Daniel, y la alegría, buena onda y espíritu de
servicio de todos los concurrentes.
Fue una forma de festejar, lechón mediante, el cumpleaños de Juan José y
también el de Nelson, a quien fuimos a alentar a un torneo en el que
participaba.
Nelson nos retribuyó la visita con una visita guiada por el "gigante".
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